Este pasado fin de semana hemos estado por tierras asturianas junto con un grupo de amigos ornitólogos. El objetivo principal era la observación del oso pardo.
No es fácil observar osos, es una especie forestal complicada de ver, aún cuando las osas con crías permanecen aquerenciadas a territorios más delimitados y realizan desplazamientos de menor alcance.
Los osos ibéricos están en peligro de extinción y se enfrentan a constantes amenazas causadas por el pequeño tamaño de sus poblaciones. Nos quedan dos poblaciones de oso: una de ellas se localiza en la Cordillera Cantábrica, con dos subpoblaciones bien diferenciadas, y la segunda, compartida con Francia y Andorra, en los Pirineos.
En esta ocasión hemos visitado la subpoblación occidental de Asturies, que se extiende por unos 2.800 km2, desde los Ancares lucenses y leoneses y el Alto Sil hasta los valles de Babia y Omaña en León y las cabeceras del concejo de Lena en Asturies. En este vasto territorio se estima que habitan unos 160 ejemplares de oso pardo.
Pudimos observar a placer, de amanecida y atardecida, a una de las osas con sus dos preciosas y juguetonas crías, que podéis ver en las fotografías y video que os dejamos.
Además vimos por allí: Aguila real, Culebrera, Cárabo, Buitre leonado, Roquero rojo, Víbora de Seoane, Rebeco con crías, Jabalí, etc., etc.
Impactados una vez más por la belleza de los montes asturianos, y terminadas las observaciones de este intenso fin de semana, recogimos los bártulos y ya en el pueblo más cercano dimos buena cuenta de unas fabes con chipirón regadas con la exquisita sidra del principado. Volveremos.
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Las fotografías y vídeo de osos, y la de Roquero son de Jose Herrero.
La de Víbora de Seoane de Jorge Valella.
La de Buitre leonado de Josema Verdugo.