El pasado sábado fuimos invitados por la empresa de ocio activo Aquaturismo Eguisiers para realizar una visita a nuestro Cantábrico con el fin de observar el pase de mamíferos marinos y aves pelágicas.
Navegamos en el LOLEK, barco de acero de 16 metros de eslora, totalmente equipado para la pesca de altura y que es capaz de hacer pequeños cruceros al disponer de 4 camarotes y dos baños que permiten navegar a 12 personas con comodidad.
Nos embarcamos cuatro representantes de SEO/BirdLife Donostia, dos miembros del grupo de observación de cetáceos AMBAR, dos reporteros del canal 4 de TV, el capitán, su ayudante y un par de amigos más.
Salimos a media mañana, quizás un poco tarde, pero la presencia de los periodistas lo impuso. Día soleado pero fresquito (6º C) con suave viento del Este que posiblemente limpió de pájaros las primeras millas.
El mar con marejadilla y mar de fondo de un metro de ola que a veces subía a 2 que obligaban a la embarcación a moverse lo suyo. Navegamos hasta el límite de la fosa de Capbreton a 16 – 18 millas. No se avistaron mamíferos marinos y muy pocos pájaros.
Navegamos en el LOLEK, barco de acero de 16 metros de eslora, totalmente equipado para la pesca de altura y que es capaz de hacer pequeños cruceros al disponer de 4 camarotes y dos baños que permiten navegar a 12 personas con comodidad.
Nos embarcamos cuatro representantes de SEO/BirdLife Donostia, dos miembros del grupo de observación de cetáceos AMBAR, dos reporteros del canal 4 de TV, el capitán, su ayudante y un par de amigos más.
Salimos a media mañana, quizás un poco tarde, pero la presencia de los periodistas lo impuso. Día soleado pero fresquito (6º C) con suave viento del Este que posiblemente limpió de pájaros las primeras millas.
El mar con marejadilla y mar de fondo de un metro de ola que a veces subía a 2 que obligaban a la embarcación a moverse lo suyo. Navegamos hasta el límite de la fosa de Capbreton a 16 – 18 millas. No se avistaron mamíferos marinos y muy pocos pájaros.
Recorrimos unas 10 millas al Oeste y volvimos costeando desde Donostia hasta Hondarribia pasando por la colonia de patiamarillas de Pasaia.
Durante el trayecto de regreso nos cruzamos con dos arrastreros franceses que arrojaban el descarte y se desplazaban acompañándose de una nube de patiamarillas, reidoras y sombrías.
Al mediodía Juanjo Eguiazabal nos preparó unas txistorras y pescó una buena mano de verdeles que pudimos degustar una vez limpios y pasados por la sartén. Todo muy agradable y recomendable.
Durante el trayecto de regreso nos cruzamos con dos arrastreros franceses que arrojaban el descarte y se desplazaban acompañándose de una nube de patiamarillas, reidoras y sombrías.
Al mediodía Juanjo Eguiazabal nos preparó unas txistorras y pescó una buena mano de verdeles que pudimos degustar una vez limpios y pasados por la sartén. Todo muy agradable y recomendable.
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